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destila durante la desodorización. Según
la Ley de Raoult, la presión de vapor de
cualquier componente volátil disuelto
en el aceite es proporcional a la presión
de vapor de la sustancia pura multipli-
cada por la concentración molar. Por
ejemplo, cuando se desodoriza aceite
de soja neutralizado, es común reducir
el nivel de ácidos grasos libres (AGL)
desde aproximadamente 0,1 % a 0,03 %.
A 0,03 % por peso, el ácido oleico, que
representa la mayor parte de los áci-
dos grasos presentes, tiene una presión
de vapor, según la Ley de Raoult, de
aproximadamente 0,04 mbar a una tem-
peratura de 250 °C. Incluso los ésteres
de glicidil, que en un desodorizador tie-
nen una presión de 10 mbar o inferior,
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se pueden eliminar por el contacto con
vapor a una presión de 2 mbar.
Los aldehídos y las cetonas, que son
los principales componentes que pro-
porcionan el sabor y el aroma al aceite,
son mucho más volátiles que los ácidos
grasos o los ésteres de glicidil, pero
generalmente se encuentran presentes
en concentraciones tan bajas que sus
presiones de vapor también se ubican
bien por debajo de la presión de des-
odorización. Por ejemplo, si calentamos
aceite a 250 °C a una presión de 2 mbar
y no inyectamos vapor, el mismo no se
desodorizará, porque las sustancias que
estamos tratando de remover del aceite
no se evaporarán.
Según la teoría de la desorción con
vapor, a una temperatura constante, la
cantidad de materias volátiles removi-
das depende del volumen de vapor ( )
x
utilizado, de modo que kg/h de vapor
x
a 2 mbar tienen el mismo efecto que 2
x
kg/h a 4 mbar, incluso cuando la pre-
sión de vapor de los componentes volá-
tiles del aceite exhiba varios órdenes
de magnitud por debajo de la presión
de operación. Por supuesto, siempre es
posible que se produzca alguna desvia-
ción del comportamiento ideal, pero
la experiencia muestra que la teoría en
general es correcta. Zendher y Mcmi-
chael (JAOCS, Octubre 1967) y Gavin
(JAOCS, Noviembre 1977) están de
acuerdo con que el volumen de vapor
es el factor principal en la desorción con
vapor. Zendher
et al
., también dicen que
algunos procesadores creen que resul-
ta deseable que las presiones absolutas
sean menores. En la actualidad esta idea
aun esta vigente en la industria. Zehnder
la describe como una cuestión polémica
que debe ser analizada por cada proce-
sador en base a requisitos y creencias
específicas. A una presión muy reduci-
da, se vuelve difícil condensar la mate-
ria orgánica volátil en los lavadores de
gases de los desodorizadores, y el costo
de generar vacío comienza a aumentar
de manera importante a medida que se
reduce la presión.
Un conjunto multietapas de vacío con
eyectores de vapor clásicos enfriado con
agua de las torres de enfriamiento utili-
za aproximadamente 8 veces la cantidad
de vapor proveniente del desodorizador
(Figura 2). Esta tasa se eleva a medida
que se reduce la presión, mientras que la
cantidad de vapor requerido disminuye
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• Tomo XXIX • Vol. 3 • 422-425 • (2019)
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Sistemas de vacío para desodorizadores: la presión de desodorización “ideal”
Figura 1 - En un desodorizador, el vapor se mezcla con el aceite a través de los tubos perforados y/o las
bombas impulsoras de gases para arrastrar las impurezas volátiles, incluso si la presión de vapor de
dichas impurezas es mucho menor a la presión del espacio de cabeza.
Aceite
Vapor
Figura 2 - Sistema barométrico típico para un desodorizador operando bajo vacío.
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