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El tema de la disminución del con-
tenido de proteína en soja, se viene
hablando desde hace muchos años en
Argentina y hay mucha información y
datos al respecto.
La primera pregunta que surge es si
realmente hay una baja de la proteína,
y la respuesta es que depende de cómo
se formule la pregunta, si la pregunta
se refiere al contenido de proteína total
por hectárea, “ha aumentado”, lo que
se observa es una disminución en el
contenido
porcentual
de la proteína en
el grano en relación a los demás com-
ponentes, en especial el aceite. Aquí la
respuesta es “sí, ha disminuido”.
La segunda pregunta es cuáles son las
causas de esta disminución porcen-
tual del contenido de proteína. Aquí
hay varias consideraciones para hacer
y las vamos a dividir en genéticas y
ambientales y a estas últimas en pre-
decibles e impredecibles. Pero antes
introduciremos unas breves conside-
raciones de mercados.
La proteína de la soja
La proteína de la soja es una de las
proteínas de más alta calidad obteni-
das de las plantas, debido a su exce-
lente balance de aminoácidos para una
dieta de no rumiantes.
La harina de soja, que en su sigla en
inglés es conocida como Soybean
meal (SBM), es obtenida por molien-
da de la semilla luego de la extracción
de aceite. Esta harina tiene los nive-
les más altos de proteína cruda que se
obtienen de fuentes vegetales. Se esti-
ma que esta harina representa el 69%
de las fuentes proteicas que se usan
en alimentación animal (Cromwell,
2012).
El precio de la harina de soja se reduce
si su contenido de proteína no llega a
48%, por lo tanto es importante contar
con cultivares con el mayor contenido
de proteína posible.
La composición de la semilla de soja,
en materia seca, es de 42% de proteína
y 19,5% de aceite. Estos componentes
de la semilla están ligados en complejas
relaciones, que hacen que a menudo si
sube la proteína baja el aceite y el ren-
dimiento. Lo cual hace que el objetivo
de aumentar la proteína sea un objetivo
dinámico y complejo (Leffel and Rho-
des, 1993; Bandillo
et al
., 2015).
· Demanda mundial
A nivel internacional, existen dos tipos
de harinas de soja comercializables, las
llamadas Hi Pro y Low Pro. La prime-
ra contiene mayor nivel de proteína y
menor nivel de fibra, por lo que es ade-
cuada para la alimentación de cerdos y
aves.
La harina Low Pro se caracteriza por
mayores contenidos de fibra y menores
de proteína, por lo que puede ser utili-
zada para la alimentación de anima-
les rumiantes, como ganado vacuno o
cerdos adultos, que poseen un sistema
digestivo capaz de asimilar mayor can-
tidad de fibra. La harina Low Pro sur-
ge del proceso original de molienda de
soja. Para lograr una harina Hi Pro se
incorpora un proceso de descascarado
previo del poroto, que al eliminar la cás-
cara favorece la concentración del con-
tenido proteico.
Comercialización
El Profat (proteína+aceite) varía en fun-
ción de la cantidad de proteína y acei-
te de cada año y de cada región sojera.
Este parámetro es de importancia para
la industria porque cuando disminuye el
contenido proteína se compensa con la
mayor producción de aceite.
Ha habido años en que por la baja
proteína, se debió modificar la base de
comercialización, bajando la base de
47% a 46,5% con penalidad de 1 punto y
la tolerancia de 46% a 45,5% con pena-
lidad de 2 puntos. Además el complejo
sojero debe bajar la humedad de 12,5%
a 10%, con una disminución de 2,5%
menor a la base para concentrar la pro-
teína, tanto en harina de soja como en
poroto. Esto trae pérdidas económicas y
problemas de logística en la carga, trans-
porte y descarga de mercadería por ser
muy seca y fina. Dichas pérdidas se tras-
ladan al productor que recibe un precio
menor, a la industria que disminuye su
capacidad de molienda y al país por dis-
minución de las primas de harina argen-
tina, implicando una caída importante
en los ingresos por exportación, como
primer exportador mundial de harinas
proteicas (Cuniberti y Herrero, 2018).
· Evolución del contenido de pro-
teína en los últimos 21 años
De acuerdo al relevamiento a cose-
cha en acopios y cooperativas de la
Zona Núcleo Sojera, que viene reali-
zando desde hace 21 años el personal
del Laboratorio de Calidad Industrial
y Valor Agregado de Cereales y Olea-
ginosas del INTA-EEA Marcos Juárez,
Córdoba, se puede observar cómo viene
disminuyendo el contenido de proteína
año tras año, mientras que el de aceite se
mantiene en niveles altos (Tabla 1).
En soja de 2ª en relación a soja de 1ª, se
produce un aumento marcado en la pro-
teína por una caída en el rendimiento, ya
que por atraso en la fecha de siembra, se
reduce la duración del período de llena-
do de granos, traduciéndose en un menor
rendimiento en peso y mayor contenido
de proteína. Este mayor contenido de
proteína se debe a que la acumulación
de las mismas durante la formación
del grano se produce entre los 15 y 22
días post-floración y el aceite presenta
un ritmo máximo de acumulación entre
los 20 y 40 días post-floración (Satorre,
et al
., 2003).
El relevamiento efectuado en los dos
momentos de cosecha durante 17 años,
permiten observar una diferencia en
promedio de 1,4% de proteína a favor de
soja de 2ª.
A&G 117
• Tomo XXIX • Vol. 4 • 568-572 • (2019)
569
Consideraciones sobre la baja de la proteína de la soja argentina
tenido de proteína en soja, se viene
hablando desde hace muchos años en
Argentina y hay mucha información y
datos al respecto.
La primera pregunta que surge es si
realmente hay una baja de la proteína,
y la respuesta es que depende de cómo
se formule la pregunta, si la pregunta
se refiere al contenido de proteína total
por hectárea, “ha aumentado”, lo que
se observa es una disminución en el
contenido
porcentual
de la proteína en
el grano en relación a los demás com-
ponentes, en especial el aceite. Aquí la
respuesta es “sí, ha disminuido”.
La segunda pregunta es cuáles son las
causas de esta disminución porcen-
tual del contenido de proteína. Aquí
hay varias consideraciones para hacer
y las vamos a dividir en genéticas y
ambientales y a estas últimas en pre-
decibles e impredecibles. Pero antes
introduciremos unas breves conside-
raciones de mercados.
La proteína de la soja
La proteína de la soja es una de las
proteínas de más alta calidad obteni-
das de las plantas, debido a su exce-
lente balance de aminoácidos para una
dieta de no rumiantes.
La harina de soja, que en su sigla en
inglés es conocida como Soybean
meal (SBM), es obtenida por molien-
da de la semilla luego de la extracción
de aceite. Esta harina tiene los nive-
les más altos de proteína cruda que se
obtienen de fuentes vegetales. Se esti-
ma que esta harina representa el 69%
de las fuentes proteicas que se usan
en alimentación animal (Cromwell,
2012).
El precio de la harina de soja se reduce
si su contenido de proteína no llega a
48%, por lo tanto es importante contar
con cultivares con el mayor contenido
de proteína posible.
La composición de la semilla de soja,
en materia seca, es de 42% de proteína
y 19,5% de aceite. Estos componentes
de la semilla están ligados en complejas
relaciones, que hacen que a menudo si
sube la proteína baja el aceite y el ren-
dimiento. Lo cual hace que el objetivo
de aumentar la proteína sea un objetivo
dinámico y complejo (Leffel and Rho-
des, 1993; Bandillo
et al
., 2015).
· Demanda mundial
A nivel internacional, existen dos tipos
de harinas de soja comercializables, las
llamadas Hi Pro y Low Pro. La prime-
ra contiene mayor nivel de proteína y
menor nivel de fibra, por lo que es ade-
cuada para la alimentación de cerdos y
aves.
La harina Low Pro se caracteriza por
mayores contenidos de fibra y menores
de proteína, por lo que puede ser utili-
zada para la alimentación de anima-
les rumiantes, como ganado vacuno o
cerdos adultos, que poseen un sistema
digestivo capaz de asimilar mayor can-
tidad de fibra. La harina Low Pro sur-
ge del proceso original de molienda de
soja. Para lograr una harina Hi Pro se
incorpora un proceso de descascarado
previo del poroto, que al eliminar la cás-
cara favorece la concentración del con-
tenido proteico.
Comercialización
El Profat (proteína+aceite) varía en fun-
ción de la cantidad de proteína y acei-
te de cada año y de cada región sojera.
Este parámetro es de importancia para
la industria porque cuando disminuye el
contenido proteína se compensa con la
mayor producción de aceite.
Ha habido años en que por la baja
proteína, se debió modificar la base de
comercialización, bajando la base de
47% a 46,5% con penalidad de 1 punto y
la tolerancia de 46% a 45,5% con pena-
lidad de 2 puntos. Además el complejo
sojero debe bajar la humedad de 12,5%
a 10%, con una disminución de 2,5%
menor a la base para concentrar la pro-
teína, tanto en harina de soja como en
poroto. Esto trae pérdidas económicas y
problemas de logística en la carga, trans-
porte y descarga de mercadería por ser
muy seca y fina. Dichas pérdidas se tras-
ladan al productor que recibe un precio
menor, a la industria que disminuye su
capacidad de molienda y al país por dis-
minución de las primas de harina argen-
tina, implicando una caída importante
en los ingresos por exportación, como
primer exportador mundial de harinas
proteicas (Cuniberti y Herrero, 2018).
· Evolución del contenido de pro-
teína en los últimos 21 años
De acuerdo al relevamiento a cose-
cha en acopios y cooperativas de la
Zona Núcleo Sojera, que viene reali-
zando desde hace 21 años el personal
del Laboratorio de Calidad Industrial
y Valor Agregado de Cereales y Olea-
ginosas del INTA-EEA Marcos Juárez,
Córdoba, se puede observar cómo viene
disminuyendo el contenido de proteína
año tras año, mientras que el de aceite se
mantiene en niveles altos (Tabla 1).
En soja de 2ª en relación a soja de 1ª, se
produce un aumento marcado en la pro-
teína por una caída en el rendimiento, ya
que por atraso en la fecha de siembra, se
reduce la duración del período de llena-
do de granos, traduciéndose en un menor
rendimiento en peso y mayor contenido
de proteína. Este mayor contenido de
proteína se debe a que la acumulación
de las mismas durante la formación
del grano se produce entre los 15 y 22
días post-floración y el aceite presenta
un ritmo máximo de acumulación entre
los 20 y 40 días post-floración (Satorre,
et al
., 2003).
El relevamiento efectuado en los dos
momentos de cosecha durante 17 años,
permiten observar una diferencia en
promedio de 1,4% de proteína a favor de
soja de 2ª.
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Consideraciones sobre la baja de la proteína de la soja argentina