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• Tomo XXIX • Vol. 4 • (2019)
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transporte irá aumentando lentamente en
todos los segmentos, pasando por el 12%,
luego al 15% y en algunos segmentos de
consumo, como transporte automotor de
pasajeros y agro, se podría llegar a un 20 %.
bioetanol en argentina: capacidad
instalada, producción, ventas y
exportaciones de bioetanol. pers-
pectivas.
la capacidad instalada de la industria argen-
tina de bioetanol es del orden de 1,2 millones
de m anuales, computando algunas amplia-
3
ciones de plantas en curso. El año pasado, la
producción y consumo interno de bioetanol
fue del orden de 800.000 m , con un aporte
3
del 59 % de parte de las cinco destilerías de
maíz, y de un 41 % de los nueve ingenios
azucareros. Este año, se agregaron al pro-
grama de bioetanol, tres ingenios más y se
estableció que la oferta para que corten las
petroleras, debe provenir en partes iguales
de los ingenios y de las destilerías de maíz.
El consumo interno debe aumentar por enci-
ma de 850.000 m para este año (correspon-
3
diendo alrededor de un 55 % de los orígenes
al bioetanol de maíz y un 45 % al bioetanol
de caña), y ubicarse en torno al millón de m
3
anuales el próximo año. Por el momento, no
se exporta bioetanol destinado al mercado de
combustibles.
Si bien en el corto y mediano plazo, pro-
bablemente la demanda interna de bioeta-
nol crezca motorizada exclusivamente por
la demanda de naftas, en el largo plazo, el
panorama de mediano y largo plazo es dis-
tinto. Probablemente se implementará en
Argentina el programa Flex Fuel, al estilo
Brasil, con cortes superiores al 20 % de con-
tenido de bioetanol, aunque todavía no está
resuelto si en forma paralela se desarrollará
una cadena de valor de alcohol hidratado
como en el país vecino.
implicancias que tiene la producción
de biocombustibles para la agricul-
tura y la agroindustria argentina.
la producción de biocombustibles representa
un nuevo uso de materias primas agrícolas o
agroindustriales y como tal, cambia la curva
de demanda de los mismos. Ello genera un
aumento del precio de equilibrio de aquéllos,
al tiempo que mejora el ingreso de toda su
cadena de valor, aumentando el agregado de
valor local, con aumento del empleo y mejora
en el balance de divisas.
En el mercado interno de biocombustibles se
viene priorizando la instalación y la conse-
cuente actividad de plantas radicadas fuera
del área núcleo pampeana, hecho que favo-
rece a las economías regionales. de esta
forma se plantea un cambio de paradigma
en el típico desarrollo industrial argentino,
permitiendo la transformación de materias
primas en origen. En el caso específico de
la producción de bioetanol de caña de azú-
car, esta cuestión es relevante, a la luz de
la existencia de históricos excedentes de
esta materia prima, que han llevado a afec-
tar negativamente el precio del azúcar en el
mercado interno.
el marco regulatorio de biocom-
bustibles en nuestro país de cara
al futuro
las industrias petroleras que operan en el
downstream
y las industrias automotrices
locales, salvo excepciones, han influido
negativamente en los últimos tiempos sobre
los ministerios de Energía, y de Producción,
para detener el desarrollo de los biocombus-
tibles en el país, habiendo logrado en gran
parte y por el momento, su objetivo.
más allá de esta situación que se presen-
ta a corto y mediano plazo, es fundamental
que la Autoridad de Aplicación profundice el
proceso que viene registrando para hacer
más transparente el funcionamiento del Pro-
grama Nacional de Biocombustibles, tanto
en aspecto de precios, seguridad, calidad,
medio ambiente, asignaciones de cupos,
etc. En el caso del biodiesel, se requiere la
eliminación de la Unidad Ejecutiva Interdisci-
plinaria de monitoreo –organismo creado en
2012, que a esta altura, ha sido tristemente
célebre por todos los errores que cometió
con sus decisiones y la falta de transparen-
cia que profesó desde aquel momento–.
del mismo modo, resulta trascendente
aumentar la inserción de los biocombustibles
en la matriz energética argentina. En cuanto
al biodiesel, ante el amesetamiento que se
ha producido en el mercado interno de este
producto, hay que poner en vigencia rápi-
damente el B10, para pasar luego al B12 y
más adelante al B20. Para ello, la industria de
biodiesel debe consensuar con el Gobierno
Nacional, la industria automotriz y las compa-
ñías petroleras, algunos ensayos representa-
tivos y auditados, que eliminen las dudas que
algunos actores de estas dos últimas indus-
trias tienen sobre la funcionalidad del biodie-
sel en esos cortes porcentuales y abran paso
a la implementación de dichos programas. En
lo personal, no me caben dudas que ello es
técnicamente viable.
en materia de uso de biodiesel
en la generación eléctrica, debe
trabajarse activamente para que
pronto se cumpla el mandato de
uso de biodiesel en un 10 %.
la industria de biodiesel debe invertir para
ofrecer al mercado un combustible que
mejore la muy buena calidad promedio
actual que presenta este producto en el
mercado argentino, de manera de reducir
eventuales riesgos que se pueden presentar
con el uso en porcentajes mayores al 12 %,
fundamentalmente cuando las temperaturas
son muy bajas.
Se requiere trabajar también para lograr una
ley que determine un encuadre estable para
el biodiesel, en reemplazo de la ley 26.942,
eliminando las contingencias que queda-
ron desde la implementación del Programa
Nacional de Biocombustibles en 2010.
En materia de comercio exterior de biodiesel,
es muy conveniente eliminar el régimen de
derechos de exportación móviles del biodie-
sel establecido por decreto 1719/12 y fijar
en cero la alícuota del biodiesel, como la del
resto de los bienes industriales (saliendo de
la movilidad, la que desde su creación en
2012, ha presentado oscilaciones de un nivel
injustificable en cortos períodos de tiempo).
Si bien puede resultar abstracto en ese esce-
nario, es importante establecer en 360 días
el plazo de los permisos de embarque de
exportación.
En materia de desarrollo de bioetanol, es
imperioso lograr que la implementación de
un programa Flex Fuel que sea ecuánime,
respetando los derechos adquiridos de todos
los productores de bioetanol y atendiendo
con sus incentivos no solo a la producción,
sino a las actividades de mezclado, transpor-
te, almacenamiento, expendio en estaciones
de servicio y a los consumidores –por ejem-
plo, reinstalando el Plan Canje Automotor
implementado en 1995 y en 1999–, eligien-
do propuestas eficientes, para convertir en
Los biocombustibles en Argentina. Situación actual y perspectivas.
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