Por Elvira Audap-Soubie para A&G
En el 2015, en el marco de la COP21, se logra un pacto histórico en la lucha contra el cambio climático . Este acuerdo compromete a todos los países en una causa común orientada a reducir el impacto ambiental “efecto invernadero”.
A partir de dicho acuerdo y sucesivas reuniones, se pretende “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”.
Debido a la urgente necesidad de lograr dichas mejoras, Argentina ratifica el Acuerdo de París y asume una serie de compromisos que presenta regularmente para lograr su Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CND)
En Noviembre de 2021 la República Argentina se compromete a una meta de dicho CND, que abarca la totalidad del territorio nacional y a todos los sectores de la economía, de no exceder la emisión neta de 349 MtCO2e en el año 2030. Esto es un desafío sin duda para todos los actores involucrados ya que al fin de 2018 nos encontramos en 366 MtCO2e. (Fuente: 4to Reporte Bienal de Actualización a la CMNUCC; Inventario Nacional de GEI informado 2021)
A esa fecha, uno de los aportes mas significativos en términos de emisiones de GEI proviene de la generación de Energía, tan requerida para el desarrollo de procesos industriales y de transporte.
Por otra parte es interesante para este rubro considerar que en 2018 el transporte representó el 31% de la demanda energética, el sector residencial el 25%, el sector industrial el 23%, el sector agropecuario el 7% y los sectores comercial y público, más los consumos no energéticos el 14%.
En particular si analizamos por ejemplo, el Gas Natural como fuente de generación de energía en el sector industrial, los grandes consumos provienen de las actividades de destilería (17%), siderurgia (15%), aceitera (12%), alimenticia (9%), cementera (9%) y petroquímica.
Considerando estas preocupaciones, el sector privado también debe responder a la demanda mundial y de nuestra CND mediante su aporte a la minimización de las emisiones de GEI.
Nos debemos enfocar en realizar los esfuerzos necesarios para revertir el curso actual del calentamiento global.
¿Por dónde empezar?
Como en todo modelo de gestión y mejora, sería importante desarrollar una plan de acciones de mitigación o compensación de la huella de carbono organizacional de cada industria, pero para ello deberíamos previamente conocer “dónde estamos parados”.
Eso implica medir dicha Huella mediante el Inventario de Gases Efecto Invernadero.
Vale aclarar en este sentido que al hablar de Huella de Carbono se distingue por un lado la huella de carbono ORGANIZACIONAL o sea de la actividad industrial y sus procesos en un periodo de tiempo definido, pero también podemos hablar de Huella de carbono del PRODUCTO, para lo cual se asocian las emisiones de GEI emitidas respecto de una unidad funcional de producto. Ej. 1 Tonelada de grano procesado/movido.
Respecto de la metodología de cálculo podemos mencionar la existencia de una serie de herramientas y documentos técnicos desarrollados en diferentes ámbitos de la industria y entidades de gobierno para MEDIR asegurando los principios de pertinencia, exactitud, transparencia e integridad.
Podemos mencionar herramientas tales como la propuesta por la ISO – International Standard Organization la cual es la ISO 14064-1
También modelos como el propuesto por GHG Protocol o normas sectoriales o locales tales como la propuesta por el esquema de Certificación ISCC (International Sustainability and Carbon Certificate)
En este camino ya son varias las industrias que se han embarcado en este camino logrando cuantificar su Inventario de GEI y medir de este modo su huella organizacional.
¿De qué se trata?
En base a las consideraciones de la norma ISO 14064-1, se trata de ejecutar una serie de pasos iniciando por la determinación del Alcance del inventario, tema crucial para asegurar la integridad y transparencia de la Huella frente a las partes interesadas. Posteriormente se procede a la cuantificación a partir de relevamiento de fuentes de emisión o remoción. Dichos cálculos se encuentran limitados a una incertidumbre que es necesario especificar también. Finalmente llegaremos a obtener las Toneladas de CO2 equivalentes de nuestra actividad en el periodo de tiempo determinado.
¿Qué aporta mayormente a las emisiones de GEI de la industria?
Podríamos generalizar que el consumo de gas natural para producción de vapor, como la energía comprada y el consumo de combustible asociado al transporte serían los principales procesos con emisión de GEI. De todos modos es importante la ejecución del inventario y la determinación del Alcance de dicho inventario de manera de hacer un análisis preciso y comparable.
Como podemos lograr que la huella de carbono se reduzca?
Una vez conocida la huella el desafío estamos en condiciones de ejecutar planes de acción de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático.
En materia de Mitigación, se trata de establecer acciones para minimizar la huella de carbono mediante la minimización de emisiones o aumento de las remociones.
A nivel nacional se han considerado las siguiente acciones documentadas en el 4to Reporte Bienal de Actualización a la CMNUCC.
En este sentido, es criterioso pensar en acciones para la actividad aceitera que sean coherentes con la actividad así como de alto impacto y sostenibles en el tiempo. No podemos dejar de pensar en acciones tales como:
- Eficiencia Energética. Optimización de consumo energético.
- Reducción de consumo de gas natural. Mejoras tecnológicas para optimización del consumo.
- Autogeneración de energías renovables.
- Uso de biocombustibles
- Implementación de sistemas de remoción a partir de forestación
- Esquemas de compensación de la huella mediante comercialización de bonos o certificados de energía renovables. (En este sentido se debería priorizar acciones genuinas de mitigación como un paso previo a la compensación)
Cada industria elabora su plan especifico de Mitigación y a partir de allí en conjunto con el acompañamiento de sectores públicos-privados, podamos generar un aporte genuino del sector a la mejora de la calidad de vida de generaciones futuras.